Antes de comenzar mi viaje, cuando me encontraba rodeada de montañas de papeles y vueltas por hacer, todo el mundo quería decirme mil cosas sobre lo que significaba vivir y estudiar en el exterior. Los que nunca había hecho un viaje eran los más llenos de idealismo, me hablaban de las fotos que tenía que tomarme y los sitios a los que tenía que ir, los que salían en una película o en una página web.

Los que ya habían hecho un gran viaje o habían estudiado en el exterior me contaban sobre los amigos que había hecho, de lo que mucho que habían extrañado la comida de casa y de las maneras de ahorrar dinero.

Pero hubo algunas cosas que nunca nadie me dijo sobre estudiar en el exterior y que se transformaron en las mejores razones de mi experiencia en el exterior. Hoy quisiera contarles algunas de ellas.

Al estudiar en el exterior, aprendí a estar sola. Y es genial aprenderlo, porque de repente me volví más observadora, de mí misma y de los demás. Entendí que el mundo es mil veces más grande de lo que sospechaba. Cada día lo sigo comprobando, porque cada persona que conozco viene con un país, una familia, unos costumbres, una manera de vivir los días que me abre un poco más los ojos. Entendí que el realismo mágico es simplemente lo que no entendemos de otras culturas.

Extrañé la comida que ni siquiera me gustaba antes. Es muy curioso, pero de repente un día moría por comer arepas, de las pequeñas que se hacen con queso. En Colombia nunca me habían gustado, pero después de 6 meses en este nuevo país recorrí una ciudad entera buscando la masa exacta para prepararlas como en casa.

Descubrí que el color de las cosas es diferente en cada lugar. Las estaciones, el clima o no sé si nuestros ojos, pero algo cambia en cada lugar, y hace las cosas diferentes. Entendí que me faltaba ser más humilde. Lo entendí cuando me di cuenta que algunas personas no entendían mi acento y me tenía que esforzar un poco más, o cuando el bolsillo de repente no me daba para comer donde quería.

Descubrí que más que idealismo, un viaje para estudiar en el exterior está lleno de esfuerzos y renuncias, de crecer como persona como nunca te lo imaginaste.